30 de marzo de 2009

Leevon Kennedy

Además de vidente, mentalista, alquimista, metafísica (?) y modelo (todo esto, según su página Web), la hija de Marilyn Monroe y John Fitzgerald Kennedy (¿o acaso alguien tiene alguna duda de que es así?) también tiene otro punto para agregar en su curriculum: fue cantante bajo el seudónimo Lee Von Fitzner. Por suerte, su idilio con la música solo duró unos años a fines de los 80’s, y no tuvimos la suerte de registrar su tono de voz. Pero nos alcanza con conocer los temas de su long play “My Name is Lee”, para darse una idea de la genialidad de esta artista:
1) My name is Lee
2) Bolas de cristal
3) La ruta de la Eli
4) Cuando Marilyn me hacía el puchero
5) Huérfana desde 1962
6) Te pago en especies (Gelblung's Dance Extended Remix)
7) Fanática de la Ouija
8) Triste y sola en la banquina
9) Yerba mala nunca muere
10) Papi, te tiro del cuerito
11) Chupe, chupe que es trabajo (Sarli's Club Mix)
Como si la bizarrez no fuera suficiente, entre los créditos del disco se menciona a Rafaella Carrá como ingeniera de sonido. Ah, y en su ya mencionada Web, Leevon informa que su madrina artística fue Tina Turner y que realizó más de 70 conciertos. Sin dudas, un talento desperdiciado, que hoy no tiene más remedio que dejar los lujos del pasado y subirse al 60 como cualquier hijo del vecino.

5 de marzo de 2009

Adrián y los dados negros

Grupo de cumbia norteña liderado por Adrián César Chauque, cantante de interesante historia: nacido en Tarija, Bolivia, a los dos años cruzó la frontera para instalarse en Perico, provincia de Jujuy. Desde pequeño, veía que su futuro estaba en la música: sus hermanos tenían un conjunto, y él se animaba a ponerle voz a los ritmos norteños. La banda fue progresando y a comienzos de los 90’s, alcanzó el éxito, primero en su provincia y más tarde en Buenos Aires, presentándose en las bailantas más prestigiosas de Once y Constitución. Pero no todo iba bien: Adrián se sintió discriminado por la Policía y, cual Mercedes Sosa en la última dictadura, partió al exilio.
Chile fue el destino elegido. Allí, la cumbia norteña pasó a ser “música tropical andina”. Solo un cambio de nombre, porque los temas seguían siendo los mismos: “Tarjetita de invitación”, “Volveré” o "Chica vacilona", ente otros clásicos. Y, según sus palabras, mal no le fue: alguna vez dijo que "en Chile no puedo caminar por las calles porque me paran para que firme autógrafos". Solo le faltó llegar a Viña del Mar, para el festival más importante de ese país, pero Adrián nunca se hizo ilusiones: “Viña no está hecho para mí”, sostuvo, con la humildad que solo los grandes saben tener